Epístola

Dicen que la carta que te mandé se perdió.
Espero que así fuera, porque sino...
Yo no sé qué sería de mí al saber
que no me contestaste, ardería de dolor,
consumido en mis cenizas y solo, sin tu amor;
Mis ojos hundidos, añorando tu calor;
Mis labios agrietados, secos, sin sabor...

Atte. El que pudo ser y no fue.

Tú necesitas saber cómo soy yo necesito saber cómo sabes.

Que si eres tú soy yo de verdad, 100% tuyo, sin impedimentos. Sin miedo a besarte y caer en el intento. Sin creer que es un error esto que siento, contigo no vivo fingiendo, no parezco alegre estando triste, no miento.
Has visto lo peor de mí y sigues a mi lado, estando mal me has ayudado.
Eres... ¡Gracias!

Para poder volar necesito las alas que solo tus besos me dan.

¿Qué sería de mí sin ti?
Discuto a solas conmigo
y al saberlo comprendí
que no eres para mí
y que tu amor es un castigo.

Soy yo quien escribe mi historia.

En la novela que yo escribo
tú eres la heroína
y yo el héroe adicto.
Protagonistas cautivos
de los cuerpos respectivos.
Camina y ven conmigo
que contigo me siento vivo.