miércoles, 27 de enero de 2016

¿No os ha pasado nunca de poneros a pensar en vuestra vida y que os entre ganas de llorar?
Bien sea por la impotencia de saber que puedes hacerlo mejor, por la rabia de saber que podría estar yéndote mejor o por la pena de saber que te podría haber salido mejor.
Sea por lo que sea, esos momentos son los que creo que nos ayudan a crecer por mucho que en el instante duela, por mucho que quieras dejarlo todo y correr sin mirar atrás has de pensar que delante, si no llevas nada, no hay nada.
Es una putada, ¡cuántas veces quise correr y saltar desde muy alto a ver dónde caía!, pero siempre algo me echa atrás. Sea el saber que añoraré a mi familia y amigos, sea el saber que me sentiré incluso más solo que ahora o quizás sea el miedo a la incertidumbre de qué me encontraré. De cualquier manera creo que siempre, en estos momentos, nos haee falta el apoyo que no podemos tener (para algunos un abuelo, para otros una novia, un padre, un amigo de la infancia...), es una auténtica mierda vivir sabiendo que con algo de ayuda todo te podría ir mejor y que esa ayuda, por mucho que la busques, ha de llegarte sola (pero no te llega, y crees que jamás te llegará).
¿Por qué cojones existo?
¿Qué interés tiene mi existencia, joder, para que yo tenga que seguir viviendo aquí y no pueda desaparecer como si nunca hubiera existido?
Decidme si podéis que nunca habéis pensado lo mismo que yo, sea cual fuere el motivo que desencadenase dichos pensamientos.


Es un error pretender ser tan importante para "la gente" como "esa gente" es para ti.