sábado, 6 de junio de 2020

Me conformo con que tú seas feliz

Te he visto, de lejos, y no lo he podido evitar... El corazón me ha dado un vuelco. Cómo la primera vez que te vi. Como cada vez que me sonreías. Como cuando supe que no me volverías a hablar.

Te he visto, de lejos, y no lo he podido evitar. He vuelto a pensar en ti. Como cuando me acuesto. Como cuando me levanto. Como cada vez que tengo tiempo para pensar.

Estoy en un trabajo que no quiero y haciendo más deporte del que debo, solo por tener la cabeza despejada, por no darme tiempo para pensar en ti.

Tú ya no me echarás de menos ni cuando encuentras nuestras fotos al mover las cosas de tu escritorio, ni cuando tiraste las rosas marchitas que te regalé, ni cuando te pones alguna de las mil camisetas que me quitaste (y acepté que te quedarás muy feliz de verte con ellas puestas).

Pero bueno... Sigo aguantándome las ganas de verte porque, si algo he aprendido, es que el amor no es para siempre y no se acaba en el mismo momento ni de la misma forma para las dos personas que forman una relación de pareja. 

Me conformo con que tú seas feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario